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5.10.2009

Déjame entrar

El director Tomas Alfredson, retorna a la silente y oscura Suecia de los años ochenta y la utiliza como telón de fondo de este drama en clave fantástica. Fiel a la novela de John Ajvide Lindqvist –quien también colaboró en la adaptación del guión-, el realizador explicó que el deseo de ambientar esta historia en este lugar y en esta época, no es otro que recordar que la sociedad sueca era, por aquel entonces, una gente callada y taciturna. La ya de por sí fría región, sumida esta vez en pleno invierno, acentúa la frialdad de un relato que, paradójicamente, desprende calor a raudales por la enternecedora trama que construye alrededor de sus dos protagonistas.
Oskar es un joven inadaptado para quien el colegio supone un auténtico infierno. Sus padres –separados desde hace algún tiempo, pero con los que mantiene una sana relación- ignoran el calvario que vive su hijo cada mañana. El joven imagina, en sus ratos libres, crueles venganzas que ejecuta sin piedad contra sus agresores. Hasta que un día, llega al barrio una “pequeña” vampiresa con la que iniciará un curioso romance. Lo que resulta hermoso de la historia no es observar el amor que va surgiendo entre ambos, sino su tenaz insistencia en hacerlo posible y real, aun teniendo la certeza de que dos mundos muy distintos les separan. Esta idea sirve, asimismo, como metáfora del título del film, que se refiere a uno de los mitos más desconocidos en torno al vampirismo, el de que sólo pueden entrar en una casa si les han dado permiso primero.

El autor de la novela homónima, concluía, al final de la misma, con que “todo lo narrado en este libro ha ocurrido realmente, aunque no de esta manera”. La historia es la biografía de Lindqvist –y la de todos nosotros, al fin y al cabo- aderezada con un toque de fantasía; y aquí caben múltiples interpretaciones, ya sea el deseo del joven de evadirse de su difícil adolescencia a través de la invención de personajes mágicos, o ya sea convertir a su sangrienta compañera en un trasunto de lo que podría ser él mismo para, de este modo, hacer uso de la justicia de la que hasta ahora ha sido incapaz.

Déjame entrar, que ha obtenido los galardones a Mejor Película en los festivales de Tribeca y Göteborg, se estranará en España el próximo 13 de abril, y atención, porque aunque es apta para todos los públicos, no es en absoluto una película para niños, en el sentido de que no van a saber apreciarla, no van a necesitar una vuelta momentánea al pasado como sí harán los adultos cuando se enfrenten a este drama, cuando recuerden el primer amor, la soledad y la incomprensión de los primeros años de nuestra vida.

Y más allá de cómo va evolucionando la trama, asistimos a un ir y venir de imágenes cuyos planos no parecen estar en ningún momento elegidos al azar. Escenas que no evocan sino poesía y belleza cada vez –dentro incluso de lo sanguinario de alguna de ellas-, lentas, pausadas pero manteniendo al espectador expectante y alerta. No dejen de verla.


Título Original: Låt den rätte komma in (Let the right one in)
Año: 2008
País: Suecia
Director: Tomas Alfredson
Guión: John Ajvide Lindqvist
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Intérpretes: Kare Hedebrant, Lina Leandersson

Andrea Franco

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