Cinestesias busca colaboradores!

Si te interesa el periodismo cultural y te interesa hacer reseñas de películas y entrevistas, en Cinestesias tenemos algo que ofrecerte.
Contacta con nosotros en cinestesias@gmail.com

Aquí puedes ver nuestra revista online

¿Te quieres enterar de todos los estrenos? Visita:

5.20.2009

Dossier Prensa

El concurso está, como ya lo sabéis, oficialmente lanzado.

Aquí se puede encontrar el Dossier de Prensa para este año.

5.15.2009

Algunos trucos para guionistas

Nos imaginamos que ahora que está lanzado el concurso, habrá muchas dudas sobre el formato del guión y sobre otros detalles de la escritura, por eso hemos decidido publicar ESTE documento que debería ayudar bastante.
Esperamos que les sea útil.

5.10.2009

Los hombres que no amaban a las mujeres

Después de batir récords de ventas en la taquilla sueca, llega a España la adaptación cinematográfica del best-seller de la temporada. La primera parte de la trilogía Millenium, firmada por Stieg Larsson y llevada a la pantalla por Niels Arden Oplev, introduce, en esta entrega, los preliminares de una larga historia marcada por la venganza. Este primer relato presenta a Mikael Blomkvist, un periodista querellado por publicar un presunto delito de fraude fiscal contra un empresario. Antes de los seis meses que le quedan para que se haga efectiva su condena, un antiguo directivo industrial se pone en contacto con él para que le ayude a encontrar a su sobrina, desaparecida hace 40 años. Lisbeth Salanber, una misteriosa y enigmática hacker, ayuda al periodista con la investigación. Esta Lisbeth, joven, inadaptada, calculadora y vengativa (el personaje más sólido del film –y auténtico protagonista-), posee un truculento pasado que se presenta fugazmente en la película con un par de flashbacks que anticipan la segunda parte de la trilogía. Así, la enrevesada y resuelta trama de Los hombres que no amaban a las mujeres, se cierra para dar paso a La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.

Si bien en la película se han pasado por alto ciertos elementos de la novela, como el hecho de que el protagonista sea un mujeriego –en el film parece todo lo contrario-, o el tratado de economía sueca que se explica en el libro –y que, gracias a Dios, han decidido omitir-, hay por otra parte, aspectos que deberían obviarse, sin subestimar la inteligencia del espectador para que éste trate de averiguarlos por sí mismo.


En el cine de suspense, existen dos formas de resolver la historia. Aquellas que, una vez que han presentado todas las piezas del puzzle terminan por colocar hasta la última parte del rompecabezas, y aquellas que, sutilmente, dejan que sea el espectador el que saque sus propias conclusiones, aun cuando algunos aspectos permanezcan en el aire. Y es aquí donde peca la historia, que explica demasiado y que apenas da al espectador un momento de reflexión.

Por eso, por querer contarlo todo, han tenido el acierto de estructurar cada uno de estos tres volúmenes –de unas 600 páginas cada uno- en tres películas de 145 minutos. Me fastidia la tendencia actual a martirizar al espectador con un visionado de casi tres horas aunque cierto es que, en este caso, la novela lo exige, pero ¿no habría sido mejor penitencia adaptar la historia en formato mini serie?


Título original: Män som hatar kvinnor (Millenium I)
Año: 2009
País: Suecia
Dirección: Niels Arden Oplev
Guión: Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg (novela Stieg Larsson)
Fotografía: Eric Kres
Reparto: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Sven-Bertil Taube, Peter Andersson

Andrea Franco

Un cuento de Navidad

Cuando en una película norteamericana vemos cómo las familias celebran el día de Acción de Gracias, uno no puede dejar de preguntarse si todo es en verdad tan maravilloso y edulcorado como lo pintan. En esta fiesta parecen disolverse los rencores que habitan en los más ortodoxos clanes, y eso no deja de ser inverosímil y muy made in Hollywood. Y de dónde sino de Europa tenía que llegar la visión realista. Aunque un poco a destiempo y casi entrado el verano, llega a España Un cuento de Navidad, un film francés que parece llevar implícito el sello trágico de la Europa sufrida.

El director, Arnaud Desplechin, explicó que “las películas de vacaciones navideñas son un género en sí mismo, especialmente en Estados Unidos. Yo empecé con este cliché, pero con personas y contexto franceses, y he intentado mejorar algunas de sus reglas”.

El realizador narra esta historia de una familia disfuncional de un modo teatral y psicológico. La matriarca del clan, una estupenda Catherine Deneuve, padece una enfermedad genética que exige de un trasplante de médula por parte de alguno de sus parientes. El conflicto surge cuando los dos únicos miembros compatibles son un hijo repudiado (Mathieu Amalric, uno de los mejores actores que ha dado el cine francés reciente) y un nieto esquizofrénico. Los personajes entran y salen de las escenas recitando sus miserias y preocupaciones como si le hicieran su confesión al espectador. Ataques de ira, lamentaciones e ironías se entrecruzan en el drama de esta familia en la que un padre ejemplar clama a gritos el perdón.

Y esta es la pregunta que lanza la película: ¿es posible la redención? Un término muy bíblico ya que hablamos de Navidad… ¿O el rencor permanecerá para siempre disfrazado de cálida sonrisa en las reuniones venideras?

Casi hacia el final de la historia, el hijo rechazado aparece junto a su madre en una triste misa del Gallo y se pone en pie para rezar en alto, y no busca tanto el perdón como la explicación al porqué de tanto odio. Quiere acabar con las incógnitas que le acosan y desesperan, con las preguntas sin respuesta en torno a qué ha podido haber hecho mal. Pero Desplechin no las revela, porque esto no es una película americana.

Título Original: Un conte de nöel
Año: 2008
País: Francia
Director: Arnaud Desplechin
Guión: Arnaud Desplechin y Emmanuel Bourdieu
Fotografía: Eric Gautier
Intérpretes: Catherine Deneuve, Jean-Paul Rousillon, Mathieu Amalric, Anne Cosigny, Melvil Poupaud, Emmanuelle Devos, Chiara Mastroianni.


Andrea Franco

Sicko

¿Cómo puede la nación más poderosa del planeta flaquear en lo más básico? ¿De qué puede presumir esta nación, que da la espalda a más del sesenta por ciento de sus ciudadanos? “¿Quiénes somos? ¿Cómo hemos llegado a esto?” –se pregunta Michael Moore, quien destapa, en su último trabajo, la realidad del sistema sanitario de Estados Unidos.

Sicko revela el día a día de las distintas corporaciones médicas y aseguradoras, que se mantienen unidas en una campaña sin fin con el único objetivo de obtener el mayor número de beneficios posible. Utilizando como sicarios a prestigiosos doctores que avanzan en su carrera profesional en función del ahorro que propicien al centro, estas entidades rechazan por doquier los diversos tratamientos que demandan sus pacientes. Pero esto ya lo sabíamos, la crueldad del sistema médico norteamericano, que se niega a atender a aquellos ciudadanos que no pueden permitirse un seguro médico no es ninguna novedad. Lo que muestra el documental es la vergüenza de estos ciudadanos norteamericanos, quienes terminan abrazando y agradeciendo al mismísimo enemigo cubano, la atención que la tierra de las oportunidades les arrebata.

El propio Moore termina agachando la cabeza al conocer cómo funcionan las cosas en países como Francia, Reino Unido o Canadá –a donde cruzan con frecuencia los vecinos estadounidenses para solucionar sus problemas médicos con diversas estratagemas.

El patriotismo del director, o lo que es lo mismo, su sentimiento antifrancés o anticubano, merma de forma progresiva a lo largo del documental, y no porque le escandalice la sanidad de su país –que también-, sino porque sobre todo, le sorprende la buena cobertura de los otros países. En su periplo a lo largo del globo, Moore se reúne con médicos, enfermos y farmacéuticos que le relatan el funcionamiento de sus respectivos servicios sanitarios, y no con orgullo, sino con sorpresa de que en la próspera Norteamérica no existan estos “lujos” –como los califica el propio director.

Bowling for Columbine, el documental ganador del Óscar en 2002 que arremetía contra la generalización de la violencia en Estados Unidos, o Fahrenheit 9/11, que destapaba siniestras verdades sobre los atentados de las torres gemelas, popularizaron a un cineasta que no puede evitar quedarse de brazos cruzados ante las incongruencias de su país. Pero Michael Moore ha madurado con los años, y en Sicko, la figura graciosa y descarada que pudimos ver en sus trabajos anteriores, deja paso ahora a un personaje concienciado y cabreado con lo que le rodea. Las apariciones del cineasta son selectas, esta vez; cuando aparece ironiza, pero en su rostro se muestra una incomprensión sin ensayo previo. Y digo cineasta y no documentalista, porque al margen de que sus filmes sean vistos como discursos políticos, no deja de ser cine desde el comienzo hasta el final, utilizando, para narrar sus documentales, recursos narrativos presentes en algunas de las mejores obras cinematográficas.

Moore, que realizó el film en 2007, desconocía el futuro inmediato que se cernía sobre Norteamérica; desconocía que Obama iba a ser la próxima esperanza para atender sus llamamientos. Ahora sólo queda esperar. God bless America…

Título original: Sicko
Año: 2007
País: USA
Dirección: Michael Moore
Guión: Michael Moore
Duración: 123 min.

Andrea Franco

Déjame entrar

El director Tomas Alfredson, retorna a la silente y oscura Suecia de los años ochenta y la utiliza como telón de fondo de este drama en clave fantástica. Fiel a la novela de John Ajvide Lindqvist –quien también colaboró en la adaptación del guión-, el realizador explicó que el deseo de ambientar esta historia en este lugar y en esta época, no es otro que recordar que la sociedad sueca era, por aquel entonces, una gente callada y taciturna. La ya de por sí fría región, sumida esta vez en pleno invierno, acentúa la frialdad de un relato que, paradójicamente, desprende calor a raudales por la enternecedora trama que construye alrededor de sus dos protagonistas.
Oskar es un joven inadaptado para quien el colegio supone un auténtico infierno. Sus padres –separados desde hace algún tiempo, pero con los que mantiene una sana relación- ignoran el calvario que vive su hijo cada mañana. El joven imagina, en sus ratos libres, crueles venganzas que ejecuta sin piedad contra sus agresores. Hasta que un día, llega al barrio una “pequeña” vampiresa con la que iniciará un curioso romance. Lo que resulta hermoso de la historia no es observar el amor que va surgiendo entre ambos, sino su tenaz insistencia en hacerlo posible y real, aun teniendo la certeza de que dos mundos muy distintos les separan. Esta idea sirve, asimismo, como metáfora del título del film, que se refiere a uno de los mitos más desconocidos en torno al vampirismo, el de que sólo pueden entrar en una casa si les han dado permiso primero.

El autor de la novela homónima, concluía, al final de la misma, con que “todo lo narrado en este libro ha ocurrido realmente, aunque no de esta manera”. La historia es la biografía de Lindqvist –y la de todos nosotros, al fin y al cabo- aderezada con un toque de fantasía; y aquí caben múltiples interpretaciones, ya sea el deseo del joven de evadirse de su difícil adolescencia a través de la invención de personajes mágicos, o ya sea convertir a su sangrienta compañera en un trasunto de lo que podría ser él mismo para, de este modo, hacer uso de la justicia de la que hasta ahora ha sido incapaz.

Déjame entrar, que ha obtenido los galardones a Mejor Película en los festivales de Tribeca y Göteborg, se estranará en España el próximo 13 de abril, y atención, porque aunque es apta para todos los públicos, no es en absoluto una película para niños, en el sentido de que no van a saber apreciarla, no van a necesitar una vuelta momentánea al pasado como sí harán los adultos cuando se enfrenten a este drama, cuando recuerden el primer amor, la soledad y la incomprensión de los primeros años de nuestra vida.

Y más allá de cómo va evolucionando la trama, asistimos a un ir y venir de imágenes cuyos planos no parecen estar en ningún momento elegidos al azar. Escenas que no evocan sino poesía y belleza cada vez –dentro incluso de lo sanguinario de alguna de ellas-, lentas, pausadas pero manteniendo al espectador expectante y alerta. No dejen de verla.


Título Original: Låt den rätte komma in (Let the right one in)
Año: 2008
País: Suecia
Director: Tomas Alfredson
Guión: John Ajvide Lindqvist
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Intérpretes: Kare Hedebrant, Lina Leandersson

Andrea Franco

El vuelo del globo rojo

En una pequeña obra maestra de 1965 titulada El globo rojo, Albert Lamorisse, un injustamente olvidado cineasta francés, realizó, en un mediometraje de poco más de media hora, un hermoso elogio a la imaginación de la mano de un niño de cuatro años y el globo rojo del título. Entre el pequeño y el juguete, surgía rápidamente una tierna complicidad que finalmente se vio frustrada tras la “muerte” del globo. Lamorisse, para no despojar al muchacho del mundo idealizado que éste se había formado, creó un final feliz en el que todos los globos de la ciudad, en un acto de duelo y solidaridad, recogían al niño y lo elevan por los aires como la bandada de palomas que transportaba al Principito por el universo.

Hoy, uno de los realizadores orientales más interesantes de nuestro tiempo, el taiwanés Hou Hsiao Hsien, emula a Lamorisse en una suerte de remake que introduce elementos de Oriente. Así, El vuelo del globo rojo, vuelve a poner en escena a un niño y a un globo, pero con la novedad de que ahora es una joven china la que tiene esa complicidad con la bola, es ella la que trata de hacer que el niño imagine al objeto sobrevolando las calles de París.

Pero la fórmula no funciona; el niño no provoca la ternura que despertaba su antecesor, y la idea de la taiwanesa como hilo conductor entre el pequeño y el globo no surte efecto ni en la propia película –el crío prefiere jugar al pimball-. Sólo la madre del pequeño, una Juliette Binoche convertida en una especie de Erin Brockovich, consigue darle un poco de fuerza a un relato que termina haciéndose tedioso.

La idea del globo como motor del film se queda aquí corta, sin especificar el sentido que pueda tener con el resto del argumento, salvo el deseo de la joven de filmar una película sobre estas esferas.

La cámara baila al compás de la gran bola roja por las calles parisinas, con movimientos evidentemente más sofisticados que en la original, pero que tan sólo sirven para exhibir la maestría del director con la cámara.

Título original: Le voyage du ballon rouge
País: Francia
Director: Hou Hsiao Hsien
Guión: Hou Hsiao Hsien, Fraçois Margolin
Fotografía: Yorick Lesaux, Lee Ping Bing
Intérpretes: Juliette Binoche, Simon Iteanu, Song Fang

Andrea Franco