El director, Arnaud Desplechin, explicó que “las películas de vacaciones navideñas son un género en sí mismo, especialmente en Estados Unidos. Yo empecé con este cliché, pero con personas y contexto franceses, y he intentado mejorar algunas de sus reglas”.
El realizador narra esta historia de una familia disfuncional de un modo teatral y psicológico. La matriarca del clan, una estupenda Catherine Deneuve, padece una enfermedad genética que exige de un trasplante de médula por parte de alguno de sus parientes. El conflicto surge cuando los dos únicos miembros compatibles son un hijo repudiado (Mathieu Amalric, uno de los mejores actores que ha dado el cine francés reciente) y un nieto esquizofrénico. Los personajes entran y salen de las escenas recitando sus miserias y preocupaciones como si le hicieran su confesión al espectador. Ataques de ira, lamentaciones e ironías se entrecruzan en el drama de esta familia en la que un padre ejemplar clama a gritos el perdón.
Casi hacia el final de la historia, el hijo rechazado aparece junto a su madre en una triste misa del Gallo y se pone en pie para rezar en alto, y no busca tanto el perdón como la explicación al porqué de tanto odio. Quiere acabar con las incógnitas que le acosan y desesperan, con las preguntas sin respuesta en torno a qué ha podido haber hecho mal. Pero Desplechin no las revela, porque esto no es una película americana.
Título Original: Un conte de nöel
Año: 2008
País: Francia
Director: Arnaud Desplechin
Guión: Arnaud Desplechin y Emmanuel Bourdieu
Fotografía: Eric Gautier
Intérpretes: Catherine Deneuve, Jean-Paul Rousillon, Mathieu Amalric, Anne Cosigny, Melvil Poupaud, Emmanuelle Devos, Chiara Mastroianni.
Andrea Franco
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